01 May

Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, si no que tendrá la luz de la vida. Juan 8:12


Esto decía nuestro Señor dando testimonio de la verdad que existe en él, como dice (San Juan 14:6). Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.  Antes de que nuestro Señor hiciera está afirmación, el profeta Isaías ya hablaba de aquella luz resplandeciente, (Isaías 9:2 - Mateo 4:16 ). "El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz; Y a los asentados en región de sombra de muerte, Luz les resplandeció" . 

Aplicándolo a nuestra vida podemos entender que, antes de venir a él permanecíamos en tinieblas, y solo en él encontramos la luz y salida de la vida pasada que antes conocíamos.

Ahora que somos salvos y que aquellas tinieblas quedaron en el pasado; también somos llamados para anunciar las virtudes de  aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable (1ra Pedro 2:9).

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