Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.
Juan 2:11
Como hombres o mujeres tenemos una tendencia a notar, criticar y recordar las deficiencias o fallas de los que nos rodean, claro que como cristianos somos llamados a eliminar esta conducta de nuestras vidas. Tal vez nos sorprenda el darnos cuenta de las fallas y deficiencias de personajes de la Biblia que inclusive conocieron al Señor Jesús en sus días en la tierra o fueron testigos de sucesos asombrosos, y aún después de presenciar estos acontecimientos fallaron (como aquellos que vieron el mar abrirse frente a ellos). Pero al leer estas historias somos llevados a entender que nosotros no hemos sido mejores que ellos, que aún después de haberle conocido le hemos fallado un sinnúmero de veces. Aquellos discípulos que presenciaban los milagros del maestro, en algún momento los vemos tomar conductas que pudiéramos ser tentados a criticar y podríamos pensar: "¿cómo personas que vieron los milagros pudieron dudar de su poder o incluso traicionarlo?". Y allí está un gran detalle, la fe no se fundamenta el lo que se ve o en experiencias sorprendentes (Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Hebreos 11:1).
Aunque no vimos el mar rojo dividirse en dos; creemos en el Dios que lo hizo. Amén