Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo: Me dijo todo lo que he hecho. Juan 4:39.
El versículo 39 nos invita a dar testimonio de lo que el Señor ha hecho en nuestra vida (sobretodo de la salvación eterna), de nuestro encuentro personal con el Señor, tal como pasó con la mujer samaritana. El Señor manda a predicar el evangelio (Marcos 16:15). Y el Señor se encarga de que más personas crean en Él, así como dice en el versículo 41; por que la obra es de Él (...y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos. Hechos 2:47).
Después, hay un crecimiento espiritual en los creyentes, debido a que ellos mismos tienen ese encuentro personal con el Señor, a través de la lectura de la palabra, el ayuno y oración llegan a reconocer que Jesucristo es el único Salvador de este mundo (... porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo. Juan 4:42).
Por lo tanto, sea el lugar en que estemos, esforcémonos y seamos valientes, y con alegría, dejemos que el Señor nos use en su obra