29 Apr

En el versículo 4, hace mención que le era necesario pasar por Samaria, el Señor sabía que en la ciudad llamada Sicar encontraría a la mujer samaritana, dicho esto podemos comprender que lo que ocurre después no fue una casualidad si no una importante conversación contemplada en los planes de Dios.

Cuando Jesús habla del don de Dios (la gracia) y le dice que si supiera quién le pedía de beber, ella le pediría a él del agua de vida, en ese momento ella solo veía el exterior y pensaba que el Señor hablaba de un agua para quitar la sed física. Hoy en día muchos de nosotros y nuestros conocidos seguimos cometiendo este error, buscando solo el beneficio del evangelio, no viendo más allá, no viendo la vida eterna que Dios ofrece a todo el que cree en él.

Leamos Hechos 17:30. Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan.  

Encontremos pues, paz, consuelo y esperanza en el Señor y sobre todo busquemos a Dios como la fuente de agua viva.

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