24 May

Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. Juan 15:5


Las historias del Antiguo Testamento describen con claridad lo que sufría el pueblo de Israel cuando se separaba de la presencia de Dios, separación que ocurría debido al pecado. En el versículo 5, el Señor Jesús nos indica claramente que separados de Él nada podemos hacer.

Al contristar al Espíritu Santo debido al pecado (Efesios 4:30), viene tras ello tristeza y derrota a nuestra vida, nos sentimos lejanos y separados de Él, somos avergonzados y perdemos el gozo de nuestra salvación (Salmos 51:12). Reflexionemos hermanos, si nos encontramos en alguna situación que nos esté alejando del Señor, si es así, ¡no tardemos más, acudamos a Él!;como está escrito: "Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro" (Hebreos 4:16), Y vuélvete a Jehová, el cuál tendrá de ti misericordia y será amplio en perdonar. (Isaías 55:7)

El Señor les bendiga.

Comentarios
* No se publicará la dirección de correo electrónico en el sitio web.
ESTE SITIO FUE CONSTRUIDO USANDO