24 May

"La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo."
Juan 14:27


Cada vez la muerte de Jesús estaba más cerca y Él enseñaba y animaba a sus discípulos, y les decía "no se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo" (v. 27). Él señor Jesús seguía anunciando su muerte y también les aclaraba que esto era motivo de regocijo, porque iba al Padre, "Voy, y vengo a vosotros" (v. 28).
Él señor Jesús anunciaba las cosas que acontecerían, por esta razón: "para que cuando suceda, creáis" (v. 29), además el mundo también sería testigo del amor del Señor hacia el Padre, al obedecerlo llegando hasta la Cruz (v. 31).
La muerte de Jesús fue muestra de obediencia y de amor, y motivo de regocijo, aún cuando se entregó y "sufrió por nosotros"(1 Pedro 2:21), ¡así como Jesús obedezcamos en amor al Padre!.
El señor Jesús no está en esta tierra como en aquellos días, pero no nos ha dejado solos ni huérfanos, así como lo prometió, envío a su Espíritu Santo (Juan 14:26, Juan 16:7). Así es hermanos, estas palabras dichas a sus discípulos son también para nosotros, nos ha dejado su paz, no una paz terrenal, sino una paz que no depende de la situación que estemos pasando, o lo que nos rodea, es la paz de Cristo, la paz de su salvación.

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