Juan 13:36-38
Jesús respondió: ¿Tu vida pondrás por mí? De cierto, de cierto te digo: No cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces. Juan 13:38
Cada vez se acercaba más la hora en que el Hijo del Hombre sería crucificado.
De entre todos los discípulos, salió Pedro y con un valor decisivo, aseguró: "mi vida pondré por ti" (v. 37), pero rápidamente sus palabras fueron apagadas por una frase del Señor: "no cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces." (v. 38)
Cuántas veces nosotros mismos, hemos actuado como Pedro, sentimos que somos poderosos en Espíritu, que no hay situación que nos robe el gozo, que somos invencibles; pero llegan las pruebas, las tentaciones o las burlas, y de inmediato caemos o menguamos.
A veces incluso imaginamos o anhelamos dar nuestra vida por el Evangelio, pero a la primera pedrada nos olvidamos completamente de Dios y de su amor para con nosotros.
Bien dice su Palabra: "Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga." (1 Cor. 10:12).
Le hemos negado, es cierto, y aún más de tres veces, y lo peor que podríamos hacer después de negarle, es no regresar a sus pies, arrepentidos. "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad." (1 Juan 1:9)
Así que hermanos, mantengámonos diligentes, fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración. (Romanos 12:11-12); para que cuando lleguen los días malos no neguemos a Aquél que nos salvó de la muerte, sino que pongamos su nombre en alto y proclamemos a viva voz que ¡Él es Rey!.
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