02 Aug
02Aug

Esto fue notorio en toda Jope, y muchos creyeron en el Señor.
Hechos 9:42



En esta parte del capítulo 9, podemos leer sobre dos milagros realizados por medio de Pedro, en dos lugares diferentes. A través de estas historias observaremos algunos puntos importantes:
° Pedro no se llevó la gloria para sí mismo, sino que la daba a Dios, pues reconocía que Él es quien da la autoridad y poder para que estos milagros sucedan (v. 34).
° Pedro se acercó con humildad ante Dios para pedir el milagro, sabiendo que por sí mismo no podía hacer tales maravillas (v. 40).
° Lo más notorio de esto, es que por medio de estos grandes milagros muchas personas creyeron en el Señor (v. 35, 42).
Estos milagros fueron de gran gozo, tanto para la Iglesia, como para los que aún no creían (v. 41), pues sirvió como un testimonio de la veracidad del Evangelio.
Estas historias nos recuerdan que, al igual que Pedro, si creemos y caminamos en obediencia y humildad, también podemos ser usados por Dios, tanto para la edificación de la Iglesia, como para ser mensajeros del Evangelio ante los inconversos; todo esto para la gloria y exaltación del Padre, como Él mismo nos mandó a decir:
"Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos" (Mateo 5:16).

Preguntémonos: ¿vivo una vida agradable a Dios de tal manera que me usa para llevar su Palabra?, ¿o al menos lo intento?, y, ¿mi comportamiento y acciones sirven para la edificación de mis hermanos en la fe?, seguramente hay cosas que reconocer, confesar (1 Juan 1:9), y corregir con su ayuda.

Que Dios les bendiga.

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