Y Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales ante el pueblo. Hechos 6:8
Cómo podemos leer, Esteban también había sido lleno del Espíritu Santo, por esto y por otras cosas más (v. 3, 5), él era uno de los que llenaba los requisitos que describieron los apóstoles, como lo leímos en la reflexión anterior.
(Ver. 9-11). Al no poder resistir a la Sabiduría y al Espíritu con que hablaba, tuvieron que recurrir a sobornar para que hablasen mentiras sobre él. Hoy en día, al compartir con personas no creyentes o psedocreyentes sobre la vida piadosa, la cuál es conforme a lo que dice la Biblia, no conforme a nuestra conveniencia, estas personas se burlan o se molestan, pues su manera de vivir es desordenada, siendo esclavos de sus deseos. Dios no aprueba su forma de vida, y por lo tanto, nosotros tampoco, esto es algo que les ofende en gran manera, y en lugar de buscar un cambio, tratarán de vernos caer, para así demostrar que somos iguales, por lo cuál debemos estar firmes en el Señor vistiendo la armadura de Dios (Efesios 6:10-18) de este modo estaremos en angustias, sí, es muy probable, pero no vencidos.
No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. Romanos 12: 21.
Al finalizar este pasaje, en el último versículo dice: "...al fijar los ojos en él, vieron su rostro como el rostro de un ángel". Podemos ver que Esteban logró impactar a esa generación con la plena confianza en la justicia de Dios, y logró presentarse delante de Él como obrero aprobado (2 Timoteo 2:15).
No dudemos pues en hablar la verdad, aunque esto nos haga quedar mal con las personas, sabiendo que estamos diciendo las verdades de la palabra de Dios.
No debemos temer al que puede matar nuestro cuerpo; más bien debemos temer al que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno, el cual es El Señor (Mateo 10:28).