Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo.
Hechos 6:3
Los discípulos de Cristo habían permanecido unánimes (Hch 1:4, 2:1, 2:46, 5:12), pero después de un tiempo, tras aumentar en número, los reclamos he inconformidades se hicieron presentes (v.1). El trabajo como predicadores era suficiente para cautivar todos los pensamientos, los intereses y el tiempo de los apóstoles, por ello les fue necesario encomendar a más hermanos para servir las mesas (v.3).
El término empleado "diácono" es de origen griego, significa siervo/servidor, en el Nuevo Testamento se hace referencia al servicio cristiano (2 Corintios 3:1-6). Así mismo los servidores deben tener ciertas características, las cuales se mencionan en la Escritura. Deben tener buen testimonio, estar llenos del Espíritu Santo y de sabiduría (v. 3), ser hombres veraces que odien la codicia, de limpia conciencia, aprobados, padres y esposos ejemplares (1 Timoteo 3:8-12).
El sentirse pequeño ante el reto de servir, es un buen síntoma, pues la palabra y la gracia de Dios se magnifican grandemente cuando trabajan en las personas que parecen menos probables para desempeñar esta labor (1 Corintios 1:26-29). Nuestra labor como iglesia es apoyar y orar por aquellos que han dispuesto su mente, corazón y fuerzas para servir a sus hermanos.