Y por esto procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres.
Hechos 24:16
Como cristianos estamos a la vista y escrutinio de los demás; y puede ser que por causa de nuestro testimonio el nombre de Dios sea blasfemado (Romanos 2:24). En la lectura de hoy podemos ver cómo Pablo se encontraba ante sus acusadores, ellos lo habían acusado falsamente y habían intentaban matarlo. Estaba acusado de ser una plaga, promotor de divisiones, y líder de una secta (v. 5). Al darle a Pablo la oportunidad de defenderse, él explicó como los que le acusaban tergiversaban las cosas, y no había forma de probar las acusaciones.
En su defensa, Pablo también habla de la promesa de la resurrección, tanto de justos como de injustos (v. 14,15); y esta era la razón por lo cual procuraba “…tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres” (v.16).
Pablo estaba seguro que las acusaciones eran falsas, él tenía una conciencia limpia. En Romanos 2:17-23 Pablo le habla a los judíos diciendo: “…confías en que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas”, instructores, maestros, predicadores; conociendo y enseñando la ley, pero sin practicarla, y a raíz de esto dice: "Porque como está escrito, el nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles por causa de vosotros" (Romanos 2:24).
Este pasaje puede ser aplicado a quienes conociendo la palabra de Dios y diciendo ser cristianos, no marcan la diferencia con el mundo, y el nombre de Dios es blasfemado. Examinemos nuestras vidas, busquemos la santidad, “…sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14); y que podamos, como Pablo, tener una conciencia limpia ante los hombres que observan nuestro andar, y también ante Dios que conoce nuestras acciones, pensamiento e intenciones; y cuando se nos levanten falsos, tengamos "…buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo. Porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal" (1 Pedro 3:16-17). Haciendo esto podremos afirmar confiadamente, como el escritor de Hebreos: "Orad por nosotros; pues confiamos en que tenemos buena conciencia, deseando conducirnos bien en todo" (Hebreos 13:18).
Oremos los unos por los otros, y examinemos nuestro caminar. ¡Ánimo!