09 Sep
09Sep

Pero me dijo: Ve, porque yo te enviaré lejos a los gentiles. 

Hechos 22:21


En la parte final de esta lectura, podemos ver como el apóstol Pablo narra algunos temores que le venían a raíz de su vida pasada (v. 19,20), ya que había realizado acciones violentas y ofensivas contra los creyentes, es decir, contra Jesús (Hechos 9:5); pero la respuesta del Señor es contundente al enviarlo a los gentiles.


El llamado de Pablo tiene similitudes con el de Moisés; pues, Dios, lo envió a liberar a su pueblo Israel, pero antes de ir tuvo algunas dudas (Éxodo 3:11-12; Éxodo 4:1,10); también podemos encontrar estas similitudes en el llamado del profeta Jeremías, quien por un momento, dudó a causa de sus limitaciones (Jeremías 1:5-8). 

Hoy en día también pasamos por situaciones similares, ya que ciertamente nuestra vida pasada está llena de errores, que nos avergüenzan cuando llegamos a recordarlos; pero, amados hermanos, el pecado ya no tiene poder sobre nosotros, Dios ya nos limpió por medio de su sacrificio, lo que hoy nos corresponde hacer, es lo mismo que aquella mujer que fue sorprendida en adulterio, el Señor le dijo: “…vete, y no peques más ” (Juan 8:11).

 Y aunque las pruebas, dudas , y aflicciones en nuestra vida sean muy duras, debemos confiar en las palabras del Señor Jesús cuando dijo: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz . En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33).

Aunque nuestro pasado sea el peor, nosotros debemos tener la paz que el Señor nos dejó, y aunque no somos perfectos, nuestra victoria está en Cristo, “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu” (Romanos 8:1).

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