Tómalos contigo, purifícate con ellos, y paga sus gastos para que se rasuren la cabeza; y todos comprenderán que no hay nada de lo que se les informó acerca de ti, sino que tú también andas ordenadamente, guardando la ley.
Hechos 21:24
Pablo continuó su viaje hacia Jerusalén, al llegar, fue recibido por los hermanos con gozo (v. 17), al estar reunido con los ancianos de la congregación, estos le hicieron la recomendación de que hiciera un voto judío junto con otros cuatro jóvenes, los cuales tenían la obligación de cumplirlo (v. 23,24); de esta forma, el pueblo judío sería convencido, que al igual que ellos Pablo también guardaba la ley; y que no era cierto aquello que se decía de él (v. 21,24).
Recordemos que el pueblo judío era muy celoso de la ley, y a menudo tomaba acciones muy duras contra aquellos que no la guardaban o que estaban en contra de la ley de Moisés; por ello, Pablo, con humildad y sabiduría, obedeció las indicaciones que los ancianos le dijeron (v. 26).
Como cristianos, a menudo estamos bajo la mirada tanto de los hermanos, como de las personas que no han conocido el Evangelio de Salvación; por lo cual es importante cuidar y tener un buen testimonio, delante de Dios primeramente, y también delante de los hombres, "…para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos" (Mateo 5:16).
Roguemos al Señor por sabiduría, para que podamos caminar en este mundo testificando de Él; ya sea con nuestra conducta, obras, palabras, etc. y recordemos las palabras que el Apóstol Pablo escribió:
"Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación." (Romanos 15:2).
Dios les bendiga.