Porque con gran vehemencia refutaba públicamente a los judíos, demostrando por las Escrituras que Jesús era el Cristo.
Hechos 18:28
A lo largo del libro de Hechos, hemos visto a diferentes siervos de Dios responder ante tribunales y multitudes, siempre haciendo uso de las Escrituras; algunos ejemplos son: Esteban, Pedro y Juan (Hechos 4 y 7), y sin duda alguna, Pablo (Hechos 13:13-52); así como ellos, ahora leemos sobre Apolos, quien fue encaminado por Priscila y Aquila hacia un más exacto conocimiento del camino de Dios, tiempo después, y ya fortalecido con este conocimiento (v. 26), pudo refutar con vehemencia a los judíos de Acaya, y así demostrar ante ellos que Jesús era el Hijo de Dios, el Ungido, el Salvador (v. 28).
A lo largo de nuestro peregrinar en esta tierra, nos encontraremos con personas a las cuales debemos de hablarles del Evangelio; o bien, a causa de las múltiples religiones, habrá quienes buscarán engañarnos con falsas doctrinas o hacernos desistir del buen camino (1 Timoteo 4:1), pero si tenemos un buen conocimiento de la Palabra de Dios, no caeremos en los engaños, sino que, así como Apolos y los apóstoles, refutaremos todas aquellas palabras engañosas con la Palabra de Dios, que es viva y eficaz (Hebreos 4:12).
La invitación es a mantenernos enfocados en la lectura de las Escrituras, y pedir en oración sabiduría a nuestro Padre celestial, “…el cual da a todos abundantemente y sin reproche”, y después de pedirla, la escritura nos dice: “…y le será dada” (Santiago 1:5).