Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así.
Hechos 17:11
Muchas veces hemos oído acerca de la iglesia de Berea, muchas veces nos han exhortado a imitar la actitud de esta iglesia. Cuánta razón han tenido en tomar como ejemplo a estos hermanos.
Podemos leer cómo esta iglesia no aceptó totalmente un mensaje sin antes preguntarse: ¿esta palabra es de acuerdo a las Escrituras?
Para ello realizaron dos acciones importantes:
En primer lugar, ellos estuvieron atentos a escuchar lo que Pablo y Silas compartían, sus corazones estaban abiertos a recibir lo bueno del mensaje expuesto. En algunas ocasiones, nosotros como cristianos, no estamos dispuestos a escuchar un mensaje, es decir, nuestros corazones no están abiertos para aceptar nuestros errores y cambiarlos por medio de la Palabra del Señor (2 Timoteo 3:16, 17), y esta es una cualidad que debemos adoptar.
En segundo lugar, aquellos hermanos examinaron las escrituras cada día, para ver si las cosas expuestas eran así. En nuestra vida, está es una acción que debemos practicar en todo tiempo, cada mensaje o palabra que llegue a nosotros, ya sea de forma escrita o audible, debe despertar nuestro interés por saber si verdaderamente está fundamentada en la Palabra del Señor, tal como lo hacía aquella iglesia. Para lograr esto, debemos tener en cuenta al menos tres cosas que esta iglesia hacía:
Hermanos, hoy algunas de las iglesias a las que pertenecemos siguen cerradas, y otras ya han abierto, sea cual sea su estado, la invitación es la misma, examinemos con detalle cada discurso, predicación, estudio Bíblico, etc. Que nuestros corazones estén abiertos al mensaje del Señor, dispongamos nuestras vidas para que sea Dios el que obre en nosotros.