Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando a Pablo , éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora.
Hechos 16:18
Hay muchas cosas que nos enseña esta historia, como por ejemplo: los demonios conocen a Dios, y no pueden resistir ante su autoridad (Santiago 2:19; Mateo 8:29). Ellos también conocen a los siervos de Dios, en Hechos se nos narra la historia de unos hombres que aprendieron esto de una forma muy drástica, ellos intentaron expulsar un espíritu malo diciendo: “Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo.”, y el espíritu malo respondió: “A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois?” (Hechos 19:13-16). Pablo y los discípulos no requerían presentación ante los demonios; este espíritu, gritando, reconocía que aquellos hombres eran siervos de Dios Altísimo (v. 17). Y en determinado momento, Pablo le ordena salir de aquella muchacha (v. 18).
Hay una enseñanza de aplicación personal que me deja esta historia, y es que si lo pensamos, era verdad lo que proclamaba aquel espíritu a través de la muchacha: “…Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación.” (v. 17), una verdad muy importante, pero eso no cambiaba el hecho de que estaba endemoniada, no era una opción el conservarla como un instrumento de proclamación del evangelio.
En el camino del cristiano, el fin nunca justificará los medios. Aunque una forma de alabanza, predicación, evangelismo, consejería, etc. esté dando buenos resultados, si esta forma no se apega a lo que la Biblia dice, entonces debe ser desechada, aunque aparentemente dé buenos resultados, pues, si el fin justifica los medios, entonces no hay límites .
Hermanos, examinemos nuestros métodos cristianos a la luz de las Escrituras .
Pidamos al Señor sabiduría. (Santiago 1:5)