Y diciendo estas cosas, difícilmente lograron impedir que la multitud les ofreciese sacrificio.
Hechos 14:18
Querían ofrecerles un sacrificio a Bernabé y a Pablo por causa del sorprendente hecho que había ocurrido, pues ignoraban que esto había sido concedido por el Señor, quien permitió que se hicieran estas cosas por medio de los apóstoles (v. 3), Pablo y Bernabé les pidieron que dejaran de hacer esto y que reconocieran al único Dios viviente (v. 15), a pesar de esto las intenciones de la multitud seguían siendo demasiado fuertes (v. 18).
Cuántas veces Dios ha hecho cosas maravillosas en nuestras vidas, nos ha ayudado en todo y hemos sido saciados de favores y llenos de la bendición de Jehová (Deuteronomio 33:23), pero siempre es importante acordarnos de agradecer a quien debemos agradecer: a Dios.
Es decir, por ejemplo, cuando somos sanados de una enfermedad, esto ha venido de Dios, no de los médicos que intervinieron, sino que ellos fueron utilizados, algo semejante a Pablo y Bernabé.
Dios es el único que merece gloria, a Él primeramente debemos dar gracias por su ayuda y por la vida de las personas que utiliza, reconocer que aquella ayuda ha venido de Él, por su misericordia y amor.
No nos olvidemos de alabar y agradecer a nuestro Dios en todo tiempo (Job 1:21; 2:10; Salmos 34).