Pero les resistía Elimas, el mago (pues así se traduce su nombre), procurando apartar de la fe al procónsul.
Hechos 13:8
Son muy interesantes las reacciones del procónsul y de Elimas porque, por un lado Sergio Paulo deseaba oír la Palabra de Dios y por el otro, el falso profeta deseaba apartar de la fe al procónsul. La situación resultaba bastante desafortunada para Elimas, pues, el interés del procónsul denotaba cierto agrado por las palabras de aquellos misioneros, así que debía contemplarse la probabilidad de que él creyera en la doctrina del Señor, y esto no solamente convertiría al procónsul en un creyente, sino que también dejaría en evidencia la verdadera cara de Elimas, la de la mentira .
Que la verdad se descubra, es el mayor terror para un culpable, por lo cual, es trabajo de un mentiroso el oponerse a la verdad. Al menos podemos recordar a dos grandes mentirosos, el diablo y el corazón del hombre (Juan 8:44; Jeremías 17:9), pero, el Señor Jesús es “Aquella luz verdadera , que alumbra a todo hombre…”, y “La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella” (Juan 1:5, 9). Es un gran interés de estos engañadores el alejarnos de la luz que evidenciará nuestra falsedad, nuestro pecado, nuestras imperfecciones, nuestros hábitos desagradables delante de Dios.
Si aún no hemos entendido que estamos viviendo tiempos peligrosos (2 Timoteo 3:1), puede ser que te encuentres durmiendo en medio de la guerra, siendo víctima de los sutiles engaños del diablo o de tu carne; echémosle una mirada a nuestras decisiones, hábitos, pensamientos, sentimientos, etc. quizá pensemos que todo anda bien en estos puntos, o tal vez nos haga falta caminar cerca de aquella luz verdadera, y con su perfecto resplandor nos muestre nuestra verdadera condición , y entonces entenderemos nuestra necesidad de depender de Él.
Anhelemos conocerle cada día más.