09 Sep
09Sep

"Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de Él se os anuncia perdón de pecados, y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en Él es justificado todo aquél que cree."

 Hechos 13:38-39


Pablo comienza su exhortación invitando al pueblo temeroso de Dios a escuchar (v. 16, 26), por lo cual estas palabras también son para nosotros, pues, hemos venido a ser parte de ese pueblo por medio de la salvación. 

Esta palabra nos vuelve a recordar el precioso regalo de la salvación, el cual llegó por medio de aquél que no conoció pecado (2 Corintios 5:21), ofreciendo Él un sacrificio perfecto, cargó nuestro pecado y pagó nuestra deuda, de esta manera hemos venido a ser justificados, es decir, delante de Dios ya no somos culpables, sino partícipes de la gracia redentora y coherederos del reino celestial.

¿Es Cristo tu única esperanza?, ¿Es la misericordia de Dios tu único refugio?

Después de la fe en Cristo no debe haber nada que nos de seguridad de salvación, Ni aún un perfecto seguimiento en obediencia a la ley que Dios le dio a Moisés; pues, como nuestra lectura lo dice: por medio de la ley no pudimos alcanzar justificación (v. 39), toda esperanza que alojemos en otras cosas que no sea Dios mismo, viene a ser vana y sin poder. 

Mantengamos siempre vivas estas palabras en nuestros corazones, que …en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. (Hechos 4:12)

    Caminemos cada día puestos los ojos en Jesús.

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