Oyeron los apóstoles y los hermanos que estaban en Judea, que también los gentiles habían recibido la palabra de Dios.
Hechos 11:1
Que hermoso es cuando alguien recibe la palabra de Dios (Evangelio). La palabra de Dios llegó a nuestras vidas, a nosotros, el pueblo gentil, fue una bendición que esto sucediera, y sabemos que esto no es algo que dependa de nosotros, sino es algo que Dios produce en nuestras vidas.
Es impresionante cuando Dios nos concede entender sus propósitos con respecto a algo, y a veces, pensamos que Dios quiere llegar hasta cierto punto, pero Dios no tiene límites, y esto, es lo que les pasó a los creyentes judíos, ellos pensaban que el Evangelio era solamente para ellos. Aquellos hermanos aún no alcanzaban a entender la inimaginable extensión del plan de Dios, cuyo alcance tiene como límite, hasta lo último de la tierra (Hechos 1:8). Debido a esta falta de entendimiento, cuando llegó Pedro y subió a Jerusalén, comenzaron a disputar con él los que eran de la circuncisión, porque cuestionaban las acciones de Pedro, ya que había entrado y comido en casa de hombres incircuncisos, cosa que antes era estrictamente prohibido. Pero los pensamientos de Dios iban más allá, “como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” (Isaías 55: 9).
Así que Pedro, comenzó a contarles por orden lo sucedido (Hechos 11: 4-15), hablando de la visión y de la voz que le habló. Es increíble pensar en el poder y la necesidad del mensaje del evangelio, es increíble pensar en cómo las palabras pueden Salvar (Romanos 1:16), las palabras, son el poderoso vehículo por el cual Dios hace que su mensaje de salvación llegue a nosotros (Hechos 11: 14). Pedro termina su explicación con una prueba indudable, “Y cuando comencé a hablar, cayó el Espíritu Santo sobre ellos (gentiles) también, como sobre nosotros al principio (v. 15). Los judíos, al oír la evidencia de que Dios les había concedido el mismo don que a ellos, callaron y glorificaron a Dios, diciendo: ¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida! (Hechos 11: 15-18).
Hermanos, Dios tiene el control de todo, y esta debe ser la mayor verdad en nuestra vida. Aunque nosotros no entendamos lo que está pasando, debemos dejar que sea Dios quien tome el control en nuestra vida. En nuestra relación con Él, tenemos que ser la oveja, esa oveja que no discute, que no argumenta, y que solo escucha la voz de su pastor y lo sigue, ¿Quiénes somos nosotros para estorbar en lo que Dios está haciendo?
No debemos hacer diferencias entre personas, no debemos de caer en errores tradicionalistas, sino que debemos ser un cristiano Bíblico, ir a la palabra de Dios, escudriñarla y alimentarnos de ella, y solamente a través de la palabra conoceremos la verdad.
Dios les bendiga grandemente hermanos.