09 Sep
09Sep

Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común.

Hechos 10:15


Pedro oraba poco antes de que Dios le mostrase aquella visión (v. 9) en la que podía ver el cielo abierto, y como descendía a la tierra algo semejante a un gran lienzo atado de las cuatro puntas (v. 11), en él se encontraban “cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves del cielo” (v. 12), a Pedro se le decía que matase y comiese (v. 13); en el Antiguo Testamento, cuando Dios a través de Moisés instruyó al pueblo de Israel, les señaló qué animales debían comer (Levítico 11), y cuales animales serían inmundos, precisamente estos animales inmundos aparecían en la visión; por lo cual Pedro contestaba: “Señor, no”, porque ninguna cosa inmunda había comido (v. 14), la voz le dijo: “Lo que Dios limpió, no lo llames tu común” (v. 15), y esto mismo le fue repetido tres veces, después el lienzo fue recogido y volvió al cielo (v. 16), Pedro aún seguía confundido, y seguía pensando en lo que la visión significaba (v. 17), entonces llegaron los hombres que Cornelio envió. El Espíritu Santo habló con Pedro sobre estos hombres (v. 19), y le dijo que no dudase en ir con ellos, porque Él los enviaba (v. 20). Al día siguiente partieron junto con algunos hermanos de Jope (v. 23).

Pedro no comprendía lo que significaba la visión que le había sido mostrada, la voz le había dicho “Lo que Dios limpió, no lo llames tú común” (v. 15). Usando como figura estos animales, Dios le mostró a Pedro que su plan de Salvación no haría discriminación alguna, dando acceso tanto a judíos como a gentiles.

Jesús, hablando sobre lo que realmente vuelve inmundo al hombre ante Dios, dijo: “Nada de lo que viene de afuera puede contaminar a una persona. Más bien, lo que sale de la persona es lo que la contamina.” (Marcos 7:15 NVI), cuando los discípulos preguntaron sobre esta enseñanza, Jesús les explicó que la comida no contamina, pues solo entra al vientre y luego es desechada (Marcos 7:19) “…Lo que sale de la persona es lo que la contamina. Porque de adentro, del corazón humano, salen los malos pensamientos,…, Todos estos males vienen de adentro y contaminan a la persona.” (Marcos 7:20-23 NVI); Jesús es el sacrificio perfecto, quien quita el pecado del mundo (Juan 1:29), hemos sido lavados, santificados, justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de Dios (1 Corintios 6:11),  busquemos ,pues, no contaminarnos, y mejor pensemos en “…todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza…” (Filipenses 4:8), y “…el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía. He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.” (Apocalipsis 22:11-12).

Esperemos pacientemente y sigamos el camino que Jesús marcó.

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